¿Podemos tener sexo sin emociones?

Actualmente, es más común tener relaciones sexuales con personas con las que no tenemos ningún vínculo o relación afectiva. Pero, eso quiere decir que:

¿Podemos tener sexo sin emociones?

Las emociones son reacciones de nuestro cuerpo que sirven para adaptarnos a nuestro entorno y han sido la clave para que el ser humano haya podido sobrevivir. 

En muchas ocasiones nos cuesta ver algunas emociones como positivas, pero todas los son. Siempre me gusta poner el ejemplo de «Inside Out» (o «Del Revés» en España) una película de animación que ayuda a entender cómo son de necesarias todas las emociones, aunque no sea agradable sentirlas. 

Como hemos comentado, las emociones nos ayudan a protegernos y adaptarnos. Al notar emociones desagradables reaccionamos ante los estímulos que la provocan y pueden suponer un peligro. Por ejemplo, el miedo nos hace ver que hay un peligro y por consecuencia nos protegemos, una vez alejados del peligro el miedo se va.

Tal como expresa Anabel González en el libro Lo bueno de tener un mal día:

“No sentir no es una opción. Pasar por la vida sin entrar en contacto con nuestras emociones es como transitar por un mundo difuminado, sin luz y sin colores”.  

Las emociones no aparecen solas, hay estímulos que nos hacen sentirlas y vienen acompañadas de pensamientos y sensaciones físicas que se retroalimentan. Cuando aparece una emoción reaccionamos de un modo especifico, el cuerpo adopta una postura concreta y nuestra expresión es acorde a esta, pensamos sobre esta situación y la sensación que nos provoca y le damos un significado. Por ejemplo, cuando sentimos Rabia notamos el cuerpo y los músculos tensos, preparados para una posible pelea. El miedo hace que se acelere el corazón y nos prepara para una posible huida.

Debemos ser conscientes que nadie nos ha enseñado como gestionar nuestras emociones y es difícil saber siquiera lo que sentimos, apareciendo en muchas ocasiones lo que llamamos ansiedad, caracterizada por síntomas físicos como taquicardias, sudoración, falta de aire al respirar… Una metáfora adecuada podría ser que la ansiedad es como una niebla que nubla nuestras emociones y nos hace más difícil percibirlas. Si queréis saber más sobre la ansiedad en el sexo podéis hacerlo aquí

Volviendo a la pregunta que nos atañe: ¿Podemos tener sexo sin emociones?

Como bien expreso en “Sexualidad automatizada” no somos robots, somos seres humanos con emociones y sentimientos. En el sexo hay que comunicarse con la otra persona en todos los sentidos. Sea teniendo relaciones con tu pareja o con alguien que acabas de conocer las emociones aparecen y juegan un papel importante en cómo será esta experiencia. Por ejemplo: si nuestra gestión emocional no es la adecuada es posible que aparezcan miedos, inseguridades y vergüenza que, en vez de ayudarnos a disfrutar, nos generan malestar y aleja a nuestra mente del presente centrándonos en estos pensamientos y malestar y no en lo que estamos haciendo. 

Algo que nos puede ayudar en primer lugar es ser conscientes de por qué nos sentimos así en ese momento y que está causando esas emociones. Si en algún momento sentimos algo que nos genera malestar, debemos aprender que es lo que necesitamos, pues, aunque hay un mapa general de cómo podemos responder ante cada emoción, cada persona es única. Aunque no nos guste, hay que conectar con estas sensaciones, entender de donde proceden y aprender a escucharse a una misma.

Como hemos comentado, los pensamientos y emociones influyen en nuestro cuerpo. En muchas ocasiones, debido a nuestro estado emocional, podemos tener más o menos deseo o sufrir alguna problemática que nos afecte en el ámbito sexual y por no conocer y conectar con nuestras emociones no les prestamos la atención que debería. 

Por ejemplo, sí tengo miedo de no ser una buena pareja sexual y no soy consciente de este miedo porque lo que siento es mucha ansiedad, lo que puede ocurrir es que no consiga una erección, nuestro miedo se confirma, aumentando así la ansiedad. Generando una espiral de ansiedad y frustración que nos impide disfrutar.

En resumen, no podemos separar el sexo de nuestras emociones. El sexo debe ser un momento donde aparezcan emociones agradables, donde experimentar conexión, diversión, placer, confianza y sentirnos a gusto y seguras.

Si en algún momento aparece alguna emoción que nos hace sentir incómodas, debemos parar y reflexionar sobre ella, ya que nos está avisando de que algo no va bien. Tenemos que tener en cuenta cómo nos sentimos, pudiendo expresarnos libremente, promoviendo así una relación basada en los cuidados, el respeto y la diversión de todas las personas presentes independientemente del vínculo afectivo que tengamos.