Review: SEX EDUCATION

Como amante de las series no he podido esperar para devorar esta segunda temporada de la serie de Netflix , Sex education. Tal como ellos mismos anunciaban, me la he tragado entera.

En esta segunda temporada seguimos con la historia de Ottis (Asa Butterfield) y su entorno, aunque quizás este primero pierde protagonismo en esta segunda temporada.

Me gustaría empezar hablando de lo necesarias que son este tipo de series para los adolescentes, en la que se muestran temas controvertidos pero con pocos o ningún tabú. Normalizando el hecho de que hablar de ello no es nada malo al contrario, puede ser muy beneficioso.

Teniendo en cuenta que tenía una expectativas muy elevadas, esta temporada no me ha defraudado. Incluso a mi parecer han ahondado en temas más profundos como el acoso sexual.

Me ha parecido muy interesante como han tratado el tema del abuso sexual y cómo esto puede afectar. Pues situaciones como esta ocurren diariamente y se ignoran o se minimiza el impacto que puede generar.

También trata un tema que actualmente está en boca de todos y no es otro que la educación sexual en los colegios. Es un aspecto en el que estoy muy implicada y ojalá en cada escuela y colegio existiese una asignatura de sexualidad y afectividad. O en el peor de los casos se formara a los profesores para poder atender a las dudas de los alumnos. En esta serie tratan muy bien la realidad actual del tema, mucha desinformación y poco conocimiento del tema.

Como psicoterapeuta me he sentido muy identificada con la madre de Ottis, la Dra Jean(Gillian Anderson). A veces como especialistas en psicología creemos que podemos identificar nuestras emociones y gestionarlas rápidamente, cuando a veces deberíamos recurrir a otros para buscar ayuda. Y esto es lo que más me ha gustado de esta temporada, quizás en la anterior ya sembraron la idea pero en esta han acabado de cultivarla. La importancia de pedir ayuda. En una sociedad como la que vivimos pedir ayuda es visto como una debilidad y debemos mostrar que no es así. 

La serie continúa tratando la orientación sexual y lo muy diversa que es, mostrando colectivos invisibilizados como la personas asexuales. Por otro lado, siguiendo con el colectivo LGBTIQ+, he observado comentarios negativos de parte del colectivo trans pues solo aparecen actores y personajes cis. Quizás este es uno de los pocos puntos negativos y espero que en la siguiente temporada sigan dando visibilidad a aquellas orientaciones e identidades que han sido ignoradas, estigmatizadas o perseguidas.

Sigue siendo una serie divertida y desenfadada pero que muestra la importancia de la sexualidad en una sociedad en la que durante siglos ha sido ignorada. Es una serie muy completa y aunque siempre se puede mejorar recomendaría verla a todo el mundo.